Hay muchos factores que afectan a nuestra manera de escribir, entre ellos nuestro estado de animo. No es lo mismo escribir cuando estamos alegres, tristes, enfadados o nerviosos.
En el siguiente post vamos a mencionar algunos de los rasgos que aparecen en la escritura y que reflejan estos estados anímicos.
Al final de este articulo encontrarás una infografia que resume el contenido del post y también te propongo un pequeño experimento.

ALEGRIA
Cuando estamos alegres somos más espontáneos y dinámicos. Esto mismo se refleja en la escritura que:
- se vuelve más dinámica, ágil y disparada.
- con lineas ascendentes.
- inclinada hacia la derecha.
- pueden encontrarse retoques y lapsus calami, resultado de la agitación del momento.
TRISTEZA
La tristeza nos deja alicaídos, sin ganas de nada. Al igual que nosotros, la escritura se vuelve más lenta y pausada. Además:
- las lineas descienden.
- la presión que ejercemos sobre el papel es más débil.
- las letras pueden verse inclinadas hacia la izquierda.
MIEDO
Cuando tenemos miedo temblamos y nos encogemos. Esto provoca que:
- la escritura sea temblorosa e irregular.
- la presión con la que marcamos en el papel será más débil o rota.
- podemos encontrar irregularidades en la inclinación de las letras y en la dirección de los renglones.
- la escritura se puede volver más pequeña y estrecha, e incluso presentar trazos sin acabar (inhibidos).
- aparezcan espacios en blanco, como las chimeneas y fantasmas.
IRA
Con la ira nos volvemos más rígidos y enérgicos, lo que se traduce en que ejercemos mayor presión sobre el papel al escribir. Los características que encontramos son:
- escritura muy presionada e irregular.
- presencia de angulos, ganchos y acerados, sobre todo en los trazos verticales.
NERVIOS
Cuando estamos nerviosos temblamos y nos movemos mucho. Nuestra escritura se vuelve más rápida, vibrante y con mucho movimiento.
Además se tiende a poner menos cuidado en los detalles e incluso se nos puede olvidar poner el punto de la «i» o la barra de la «t».
EXPERIMENTO
Te animo a que analices cómo cambia tu forma de escribir según el estado de animo en el que te encuentras. Para ello solo necesitas una libreta y un bolígrafo.
Se trata de que escribas pequeños textos en momentos y días distintos. No te preocupes demasiado por lo que escribes, ya que lo que nos importa es la forma de la escritura y no el contenido del texto.
Es muy importante que junto a cada texto anotes la fecha y tú estado anímico.
Cuando tengas varios textos, compáralos. ¿Notas cambios en tu escritura?
INFOGRAFIA
